jueves, 30 de agosto de 2012

Mi primer Cometa


Los años 80, fueron los más maravillosos de mi vida. Conseguí mis primeros amigos, aprendí a querer a mi tierra, recibí las mejores enseñanzas y viví los años más felices.
El verano suele pasar entre la helada, el polvo y el fuerte viento. Aún no sé desde cuando, ni porque de muchas tantas costumbres, diversiones y tradiciones.  El mes de agosto, donde el verano se va despidiendo con fuertes ventarrones que daban cabida a aprovecharlos.

Cursaba la primaria allá en mi querido “balneario” de San Francisco de Uco, como parte de las actividades de la escuela debíamos cumplir con el tradicional concurso de vuelo de cometas, en ello calificarían, la construcción y el vuelo, dado que el requisito principal era hacerlos de manera artesanal, nunca en mi vida había hecho uno, entonces tuve que buscar ayuda, gracias a Dios el tío Abel estaba de paso por el pueblo y recurrí a él,  - Tío por si acaso no sabes hacer cometas – le dije, mientras se reía jocosamente  y respondía – ¡Que¡ ¿nunca has hecho una?  Replicó mi tío, le comenté en seguida que debíamos construir uno para el concurso de fin de mes, entonces pidió los materiales – listo entonces, tráeme papel de cometa, goma y palitos – indicó apurado. Debo ser franco en aquel tiempo no contamos con mucha economía, menos en el pueblo había alguna tienda o librería donde poder comprarlos. Se dio cuenta  de las circunstancias y cambió los pedidos por otros. – Ya, que hay por acá entonces – dijo mientras miraba alrededor, él no tenía más de diecisiete años, pero ya sabía como hacer un cometa.

Mando buscar periódicos viejos, hicimos engrudo (harina con agua) serviría como goma y chaclas (restos de los cohetes que habíamos recogido de algunas festividades), que sería ideal por su poco peso. Iniciamos la construcción del cometa, cuerdas por acá, cuadres por allá, bastante engrudo para pegar los periódicos viejos y forrar el esqueleto del cometa y ya estaba, tenía una forma hexagonal, con el mayor cuerpo en la parte inferior.

El cometa estaba casi listo, pero faltaba lo más importante, la cuerda. Debíamos conseguir una cuerda fuerte, resistente y lo suficientemente larga como para que el cometa surque las nubes, así es que nos pusimos a buscar, sacamos las madejas de mamá, pero el tío Abel dijo que serían muy débiles y se rompería con los fuertes vientos y perderíamos el cometa. Hasta que vio un llanta partida por mitad que servía como bebedero de los animales – ahí esta la solución – dijo con voz segura, no entendía a que se refería, pero igual me alegre,  me envió por un cuchillo, apresure el paso y ya estaba de vuelta, tomó el cuchillo rasgó un poco y saco un cuerda de casi treinta centímetros, - es muy pequeña tío – le dije, - uniendo estas pequeñas cuerdas harás una tan grande como alto quieres que llegue tu cometa – me dijo. Saque tanto como pude y lo enrolle haciendo cientos de nudos. La cuerda era fuerte por que tenia lona y caucho que la hacia muy resistente, cada nudo que hacia emprendía toda mi fuerza para que quedará como una sola.

Mientras en un lado el tío Abel, calcula el centro entre la cuerda y el cometa para balancear y equilibrar cuando volase, yo sacaba tanta cuerda de la llanta como podía. Estaba casi listo el cometa, me sentía ansioso por verlo volar, ya estábamos a punto de salir cuando de pronto, - acá falta algo importante que nos habíamos olvidado – acentuó mi tío, que sería me preguntaba, - nos falta la cola – replico antes que pudiera decir algo, era verdad, nos faltaba la cola que serviría como contrapeso  y balance del cometa, así es que nos pusimos a buscar todas las bolsas viejas que pudimos encontrar, igual las atamos una tras otra y lo colocamos en la parte inferior,  y ya estaba por fin terminado.
Salimos presurosos a probarlo, sería el primer vuelo de mi cometa, fuimos a la parte baja del pueblo, pasamos la vía férrea donde no había cables de alta tensión que nos dificultara el vuelo, tome el cometa por la mitad, la sostuve en el aire mientras el tío Abel corría y soltaba de apoco la cuerda, y el cometa se comenzó a elevar y elevar. Lo vi atónito y extasiado con una sensación única de verlo cual una mascota aprendiendo a caminar, el tío Abel bajó el cometa, le hizo algunos ajustes y – listo ya esta, solo tráelo de regreso entero – sugirió. El tio Abel continuó con su viaje, yo debía ir al concurso.


 Eran las tres de la tarde, todos concurríamos a la hondonada detrás del pueblo junto al lago Chinchaycocha, mis compañeros llegaban con sus cometas de distintos tamaños , colores y modelos, unos parecían aves, otras, mariposas y otros hasta parecían robots, yo abrazaba al mio como cuidándolo que nada le pasara. El profesor Jorge estaba pasando lista y de paso con su nomina en la mano, revisaba y calificaba el modelo y tipo de construcción de los cometas, la mayoría de mis compañeros estaban con sus padres, hermanos o familiares, yo había concurrido solo, mamá trabajaba y papá… papá estaba en el cielo. Llegó el profesor  a mi ubicación, vio mi cometa, sonrió y – ¿tú crees que eso va a volar? Hmm… pero bueno te pondré un once por tu puntualidad – dijo.
No me importaba la nota, ni el modelo, ni el color. Había sentido una emoción tan grande en el momento de la prueba y solo esperaba  ponerlo en el aire una vez más. El profesor contó: en sus marcas, listos… ¡ha volarrrr! En ese momento suspiré, tomé el cometa con un brazo, desenrollé la cola, ajuste la cuerda que unía al cometa y corrí, corrí y corrí hasta que el cometa alzó vuelo, y jale con todas mis fuerzas para prensar la cuerda y el cometa comenzó a ascender. El viento era fuerte, la cuerda temblaba y se tensaba, hacia mucho esfuerzo por mantenerlo erguido, el viento me lo quería arranchar, no me iba a dejara ganar, ahora no decía entre mi si, mientras iba soltando la cuerda de a pocos hasta que el cometa estaba tan alto que ya casi no lo podía ver. Muy de rato en rato el cometa cabeceaba, la cola serpenteaba, solo tenía ojos para el, no me importaba lo que pasaba alrededor estaba concentrado en el vuelo de mi cometa, casi no lo podía sostener, así  es que tuve que buscar ayuda, vi una roca enorme y lo até allí para poder maniobrar la fuerza del viento. El panorama era muy bello, el pajonal silbaba con al fuerza del viento, la olas chasqueaban a lo lejos, el totoral se estrechaba al vaivén de la olas y el sol salpica fulgurante ante nuestros ojos.

El profesor se paseaba de lado en lado, verificando y calificando el vuelo más alto, me di cuenta cuando llegó a mi lado y se sentó junto a mi, me miró, miró mi cometa y tímidamente balbuceó – Que tonto soy – me hice al no escucharlo y replique - ¿Qué dijo profesor? - no nada, solo que… solo que tu cometa  esta volando muy alto, casi no logro verlo – señaló, creo que es el que va ganado, no pensé que volaría tanto alto cuando lo vi en la calificación inicial, me dijo.
Sin proponérmelo, obtuve una nota de 18, fue un puntaje que me llevo a ganar el concurso aquel, el profesor anunció que era el ganador y se quedo a mi lado aún incrédulo, mientras varios de mis compañeros se pusieron alrededor mio y ver volar mi cometa. Me premiaron con un manual de “Aprender a sembrar”, que aún lo tengo guardado. No me había dado cuenta del tiempo, el sol casi estaba por desaparecer, solicite ayuda a mi maestro para poder enrollar la cuerda que sostenía el cometa y poder enrollarlo, lo baje con mucho cuidado, debía llevarlo a casa sano y completo, era el compromiso que asumí con el tío Abel. Y así fue, llegue a casa muy feliz, como si habría dejado volar mi imaginación, envolví el cometa con periódicos viejos y lo guarde.

Pasado el tiempo, casi diez años, volvimos alguna vez a casa y entre los fierros, cajas y cosas viejas encontré aquel cometa que alguna vez me dio un día feliz, estaba allí en un rincón tirado lleno de agujeros, los ratones habían pasado por allí, se habían comido parte de el, seguramente por la harina que contenía el engrudo, sonreí como queriendo llorar, lo tome, lo limpie, lo abracé y suspiré recordando aquel ayer donde fuimos felices.

 Dedicado a mi tío Abel Yauri -  Junín 30/08/2012

viernes, 17 de agosto de 2012

DE CHAPAS, CHACOTAS Y AMISTAD


De los compañeros de estudios que un día tuve, 
Con muchos de ellos construimos una amistad,
Que al pasar de los años de ellos obtuve,
Ejemplos, experiencias y mucha tenacidad.

Allí estuvo David Baldor Berenson, profesor, 
 
Amigo con mucha experiencia, casi un tutor,
Que presuroso en su bici atravesaba buzones,
Y no le importaba de los perros mordiscones.

Siles (Lushi) Truquini, muy serio, cauto y casi ilustrador,
Era el cerebro del salón, aunque solo se le conoció un amor,
La tia lushi fue su tormento y David su fiel confidente,
Aprendimos mucho de él, y siempre lo tenemos presente. 
 


Huberth Punto com, no se despegaba de su yunta Ricardo Lau chun,
Juntos tuvieron acción, junto a Iraida Blanca Nieves en una ocasión,
Inmediatos terminaron la terciaria, gateando después de la sustentación,
Acabándose el vino de David, fenecieron tirados en el jardín.

Percy trucha pelangocho, consejero, buen amigo y jugador,
Siempre sacaba las chelas y contaba sus anécdotas entre “colegas”
Al pobre trucha lo pescaron, tirándole una atarraya se lo llevaron,
Ahora anda escapadito, mirando el reloj y solo un ratito.

Maritza Glub Glub y sus burbujas de amor, enamorada eterna de su Gilmer,
Le gustaba brindar de a luca y a Tania Katy en media hora la embriagó.
Ellas fueron las engreídas del aula, siempre cuidamos de su salud,
Y de salud en salud acababan, noches de estudio y de amistad.

Richard pato chino, con el cuento del chip se sacrificó,
Viajó rumbo a la oroya, ciudad a donde nunca llegó,
Junto a Henry Gonzalete, el instituto quisieron incendiar,
El traía el kerosene, y por no haber fuego no se pudo consumar.

Hugo Chapulin Colorao, fue tutor en la institución de varios,
Por no ponerse el buzo propio, recibió de palmetas de sus vasallos,
De la mano de él, trece concluimos la carrera,
La única meta era titularnos al terminar la barrera.

Más, no trascribo por respeto, por miedo y por honor,
Respeto, por que han pasado muchos años,
Miedo por que pudiera herir prejuicios de antaño,
Y honor, más de la cuenta no te hace señor.

Aquellas épocas fuimos muy felices, 
 
Llenos de aventuras, estudios y amor,
El salón tenía muchos matices,
Desde, paciencia, experiencia hasta horror.

DEDICADO A MIS COLEGAS DE ESTUDIOS DEL SILIST 1996-1999 ESPECIALIDAD DE COMPUTACIÓN E INFORMÁTICA.

domingo, 5 de agosto de 2012

Amigos del Alma


Hace más de quinces años que los conocí,
En aquel instituto donde estudié,
Alguna tarde de un mes de abril,
Empezó una historia que no tiene fin.

En las aulas Silistinas los halle,
Sentados en carpetas muy febril
Con ganas de ser alguien en la vida,
Y batallar el día a día con un fin.

Estaban Tito y Victor muy orondos
Basquetbolistas muy buenos de por si
Venían del colegio vecino,
Colegio en el cual yo no estudié.

Wilder fue el mas bajo de la mancha,
Muy tranquilo y dedicado a la vez.
Futbolista y muy buen amigo,
Con una familia sin revés.

Henry era el cura de la mancha,
Siempre daba mucho que pensar,
A veces con el pelo largo
Lo veíamos alegre caminar.

Hider fue el más noble en sus andanzas,
Hasta que un amor lo renegó,
Bailando pacaicito fue un desastre,
Es amigo noble y fiel hasta el final.

Miguel fue el cara de niño bueno,
Eso ni el se lo creyó,
Fue el primero en tener su pollo,
Y por el mucho avanzó.

Grover fue el pilas de la mancha,
Nunca le podías ganar,
Tenía respuesta para todo,
Aún asi subió al altar.

Ellos fueron mis amigos y por siempre lo serán,
Traspasamos las fronteras de amistad,
Y convertidos en hermanos terminamos,
Noches bohemias y en hermandad.

Gracias por haberlos conocido,
Que Dios bendiga su hogar.
Siempre estaremos unidos
Aunque la distancia nos haga alejar.

Dedicado a mis amigos/hermanos en mi hermosa tierra Junín.
Richard Malpartida Yauri / 05-08-2012


Esposa Mia

En los sombríos caminos de la vida.
Te encontré tesoro mio.
Solo con tu bella mirada
Irradiaste aquel vacio.

Entre campos, estudios y el frio,
Nació entre nosotros el cariño,
Llenamos nuestro cofre día a día,
Con amor, ternura y alegría.

Esparcimos en nosotros la confianza,
Y juntos cantamos la alabanza,
Vestidos de morado un octubre
Unimos nuestras vidas muy solubles.

Con Cristo moreno de testigo,
Acudimos de la mano al altar,
Con paso firme y convencidos,
De morado y blanco sin faltar.

Nuestros padres orgullosos se mostraban,
Al llevarnos de la mano al altar,
Para jurarnos amor eterno,
Sellándolo con un beso al final.

Días y años han pasado,
Desde aquel abril en que te conocí,
Ahora vamos juntos por la vida,
Con un retoño por venir.

Su llegada ha de ser el más hermoso,
Con él la familia concluirá,
El primer ciclo de descendencia.
El cual nos unirá mucho más.

Aún nos viene días mejores,
De alegrías, buenas nuevas y verdad,
Que no te faltará mi amor sincero
Es mi compromiso con sinceridad.

jueves, 2 de agosto de 2012

VIENTOS DE AGOSTO

Los ponchos flameaban,
los ichus silbaban,
la batalla se acercaba y,
la sangre se calentaba.

El viento chicoteaba las caras,
pero las ganas de ganar la batalla,
saciaban la sed de venganza,
de odio... de Libertad.

Los bravos montoneros yacían en sus trincheras,
masticando su coca, dándose valor,
los valientes patriotas alertaban la presencia del enemigo,
 el campo estaba libre para consumarse la batalla.

Sables iban y sables venían,
el enemigo caía,
 nuestros defensores luchaban,
era nuestra libertad la que estaba en juego.




Los vientos de agosto fueron testigos,
de aquella epopeya que marcó nuestro vidas.
Terruño querido manchado de sangre
dejado en las pampas entre espadas y sables.

Como cada otoño, los vientos de Agosto,
traen nostalgia, tristeza y orgullo,
los vientos que hoy, separan la pita,
vuelan las cometas y anuncian heladas.

Vientos de mi tierra que marcan los rostros,
de niños pastores y hombres valiosos,
queman el alma de tanto golpear,
matan la hierba de tanto helar.

Hay vientos del este, hay vientos del oeste,
vientos del norte y vientos del sur,
más los vientos de agosto se sienten en el alma,
como sables en guerra y gritos  de dolor.

Los vientos convergen en las gélidas pampas
llenas de gloria a todo furor, 
reviven los tambores, reviven pasión,
marchamos unidos, demostrando amor.

Golpeando las bases del monumento
en la pampa los vientos están,
mudo vigía de Chacamarca,
no le importa si vienen o van.

Muchas veces desfilamos patriotas,
altivos, orgullosos y en libertad,
siendo juninos de sangre guerrera,
con Dios y la patria en hermandad.


FELICES FIESTAS AGOSTINAS.
Richard Malpartida Yauri/01/08/2012