domingo, 16 de septiembre de 2012

Vacios

Cuando el corazón se aflige, no hay remedio que lo calme, no hay elixir que lo salve. La penas, el sufrimiento y hasta el llanto, son las secuencias que te llevan  al punto más alto de la desesperación, el miedo y te llenes de… vacíos.

Ricardo había nacido en los Andes peruanos, en un pueblo pequeño muy cerca del lago, aquel día de su llegada no hubo doctor, ni obstetra, ni una enfermera, solo una vecina que socorrió a su mamá en los momentos de parto. Aquellos años no había movilidad disponible para llevarla a un centro asistencial, la ciudad quedaba muy lejos.

Por aquellos años era habitual que lo alumbramientos se llevaban acabo en sus casas, con la asistencia de familiares o conocidos, en fin, Ricardo había llegado a este mundo en un hogar cálido, la familia tenía un pequeño restaurante, allí vivía con su abuela, sus tíos y también su bisabuela a quien tuvo la suerte de conocerla, todos eran familia ascendente de mamá. Sus primeros años fueron de felicidad, como cualquier niño de esa edad solo pedía comida, juguetes y abrigo, tuvo todo lo que necesitó, incluso, tantos papás como tíos tenía y a todos ellos les decía “papi”, en su inocencia creyó que era normal llamarlos así, no fue malo.

A los cinco años mamá le llevó al jardín a cursar el primer eslabón de estudio para ese tiempo, ahí conoció amiguitos nuevos, juguetes nuevos, una realidad totalmente diferente como si fuera otro mundo, igual al inicio fue maravilloso, jugaba, aprendía nuevas cosas, los colores, figuras, vocales y tantas cosas nuevas para él. No tardó en comprender que cada niño o niña que fueron sus compañeritos, tenían un papá y una mamá, confundido entre sus pensamientos se preguntaba –pero si yo tengo ¿cuatro papás?-  era raro para él. De tanto dudar y pensar, un buen día decidió preguntárselo a mamá, -Mamá ¿Quién es mi papá? – Dijo todo temeroso, tras la pregunta sintió un silencio sepulcral, mamá se había quedado perpleja por la inesperadas pregunta, Ricardo sospechó algo y atinó a decir – Mamá ¿yo tengo papá?- fría y pálida luego de unos segundos interminables de silencio mamá respondió. Hijo sé que eres muy pequeño para entender algunas cosas, pero debes saber la verdad – dijo mamá, ella sabía que el momento de decir la verdad había llegado, no imaginó que sería tan pronto, pero era el momento. Con tono suave y cariñoso, como lo trataba siempre comenzó a contarle la historia de su padre no sin antes advertirle – Hijo, por algo pasan las cosas, son los designios de Dios – le recalcó. Sí tuviste un padre hijo, él trabajaba por la selva como conductor, levaba abarrotes, madera y muchas cosas a la capital y retornaba de la misma manera,  no nos veíamos muy seguido, siempre que estaba de paso se queda un día por la casa, ya que el comía siempre en el restaurante que teníamos en la carretera central.

- Casi cumplías un año y medio cuando nos llegó la triste noticia, uno de sus compañeros de trabajo que estaba de paso nos dio cuenta de lo sucedido, tu papá había tenido un accidente saliendo de la selva allá por Pucallpa, habían hecho todo lo posible para salvarlo pero ya era demasiado tarde, tu papá no resistió y falleció - contaba mamá.
En ese instante Ricardo sintió que el corazón se le partía, sus ojitos se llenaron de lágrimas y pensó que le habían mentido cruelmente. Entre sollozos su madre trató de abrazarlo, pero Ricardo salió corriendo hacia su dormitorio, busco su cama, cogió su frazada, se hecho dentro de ella como queriendo escapar de algún sueño y lloro, lloro desconsoladamente, su madre fue en busca de él, se sentó a su lado, trato de hablarle suplicarle que lo escuchara, pero no oyó respuesta alguna. Ricardo lloraba e imaginaba tantísimas cosas, sentía que no era nadie, hasta pensaba que no era el hijo de mamá, fueron momentos interminables y duros a la vez. Sentía un dolor inmenso en el pecho, su corazoncito palpitaba desesperadamente, su respiración se aceleraba y lloró… lloró y lloró.

Aquella tarde sintió por primera vez un vacío, un vacío que le carcomía las entrañas, por primera vez sintió una tristeza en lo profundo del alma y mucha, mucha pena en su interior. Un poco calmado minutos más tarde,  se sacudió de la frazada y vio que estaba oscureciendo, al instante sintió mucho miedo, observó a su alrededor y mamá no estaba, necesitaba de ella, sus brazos querían abrazar y su cuerpecito solicitaba calor, cuando de pronto entró Corina su madre con un platito de sopa que le había ido a preparar, sentado con la mirada perdida y muy desconsolado lo observó, se dirigió hacia su pequeño con temor, aquel instante Ricardo extendió sus brazos buscando cariño, abrazos y besos, Corina corrió hacia él y se abrazaron fuertemente en un lazo interminable, se besaron mucho y lloraron.

Entre llantos alcanzó a decir – solo dime que tu eres mi mami… dímelo por favor – suplicaba, Corina lo apachurraba mientras le decía que era su madre y le prometía que jamás le ocultaría nada más, Ricardo tenía mucha preguntas, mamá tenía las respuestas para todo, así pasaron las horas de aquella noche imborrable para él e interminable para ella. Sin ser culpable de nada, ni haber cometido nada, el vacío había cobrado vida en su interior, había incógnitas en su mente, preguntas que mamá no hubiera podido responder, mientras Corina le decía – Dios no es malo, él sabe por que hace las cosas, has perdido un padre pero él te dio cuatro “papis” que son tus tíos – concluyó, en seguido por el cansancio del día y todo lo que le había ocurrido, se cerraban sus ojitos en tanto que Corina le cantaba canciones  y le arrullaba hasta que se quedó profundamente dormido y mamá junto a él.

Ricardo no fue al jardín los últimos días de aquella semana cruel y dura para él, de regreso a las aulas, trató de ser el mismo, de continuar con su rutina, pero ya no era el mismo, algo en su interior había cambiado y para siempre. Sus compañeros jugaban corrían, saltaba y reían, él aguardaba distante de ellos aún con el dolor de haberse enterado aquella noticia  y el sufrimiento era cada vez más. Dicen que el tiempo cura las heridas, pero no llena los vacíos.

Pasaron los días mientras él trataba de olvidar y sobrellevar aquel tema que lo aquejaba, sin querer sus compañeros de clase le recordaban – mi papá me compró esto, mi papá me compró aquello – le decían, mientras el lamentaba no tenerlo, no tardó en comprender que los supuestos cuatro “papis”, solo eran los tíos y que a ellos no les podía exigir ni pedir nada. Corina trabajaba duro para darle lo necesario, Ricardo entendió que no podía pedir más, pero también estaba seguro que tenía la mejor mamá del mundo. No era fácil asimilar la situación, por más niño que fuera supo doblegar su tristeza y la falta de un padre, aunque tantas veces se preguntaba, ¿Cómo sería él?, ¿me querría como lo hace mamá?, ¿me compraría juguetes y cosas? Y tantas preguntas que le cortaban hasta la respiración de solo imaginar.

Muchas noches en la soledad de su habitación o mirando al cielo en el patio de la casa, buscaba respuestas, siempre había un reclamo al espacio, siempre un ¿porqué te lo llevaste?, ¿porqué me lo quitaste?... y sin querer entre sus peticiones había aprendido a rezar y entre sus suplicas  pedía fortaleza y felicidad para su madre. Aprendiendo a sobrellevar aquel amargo destino, alimentaba día con día aquel vacío que cada vez que le recordaban aún sin querer, eran como punzadas de una lanza que no sabía ni por donde venía.

Pasaron los años, Ricardo creció con la figura única materna, tratando de llenar los vacíos a veces tan inmensos y otras tan intensos, de la mano de aquellos cuatro “papis” que el destino o Dios le había dado, aprendió mucho de ellos, a trabajar, a sobrevivir y hasta jugar. Lleno su vida de muchos momentos agradables junto a ellos, amó más que nunca a su madre desde aquel día en que fue sincera con él y cada minuto de su vida, jamás exigió más de lo que tuvo, siempre la apoyo en todo, jamás se avergonzó de ella y lucharon juntos por ser cada día mejores. El vacío jamás se llenó, aún guarda ese espacio para que pueda ser llenado por alguien, quizá en esta vida, quizás en el más allá. Aún guarda remotamente esa esperanza, aún lleva a cuestas aquel vacío.


Hyo, 16/09/12 - Dedicado a mis tios Humberto, Beto, Ivan y Abel Yauri Campos.
A mi preciosa madre con todo mi corazón Carolina Yauri Campos.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Para... Gladys TEJEDA PUCUHUARANGA


Con la carita partida y la helada encima,
 Domaste las mañanas entre lluvia y neblina,
Con pasos de rayo domaste el clima,
Corriendo mañanas entre piedras y espinas.

Supiste ganarte el cariño y respeto,
A base de esfuerzo, premura y afecto,
Llevaste a tu tierra, en lo alto del pecho,
Surcando fronteras, muy cerca del cielo.

Con orgullo llevaste, nuestra bandera peruana,
A un país tan lejano, con atuendo de dama,
Corriste entre tantas, como una campeona,
Dejando a muchas, buscando la gloria.

Eres hija junina, de estirpe guerrera,
De roja y blanca como tu bandera,
Redoblando esfuerzos, rosaste la gloria,
Sintiendo la barra del CEI La Victoria.
 Las gracias te damos, entre flores y aplausos,
De alegrarnos la vida, con tus rápidos pasos,
Nunca claudiques, aunque recibas zarpazos,
Mantenga la calma y paga mal con abrazos.

Tu pueblo te espera, aunque no lleves medallas,
Con saber que has llegado, rompiendo las vallas,
Tu futuro es seguir, ganando batallas,
Corriendo fugaz, con fuerzas y agallas.

Que Dios te bendiga e ilumine tu vida,
Por ser la campeona, orgullosa junina,
Nos diste alegría y esperanza divina,
Alcanzando tus metas no habiendo cabidas.

 
 
Dedicado a nuestra campeona Gladys Tejeda Pucuhuaranga
Richard Malpartida Yauri - Junín – 02/09/2012

jueves, 30 de agosto de 2012

Mi primer Cometa


Los años 80, fueron los más maravillosos de mi vida. Conseguí mis primeros amigos, aprendí a querer a mi tierra, recibí las mejores enseñanzas y viví los años más felices.
El verano suele pasar entre la helada, el polvo y el fuerte viento. Aún no sé desde cuando, ni porque de muchas tantas costumbres, diversiones y tradiciones.  El mes de agosto, donde el verano se va despidiendo con fuertes ventarrones que daban cabida a aprovecharlos.

Cursaba la primaria allá en mi querido “balneario” de San Francisco de Uco, como parte de las actividades de la escuela debíamos cumplir con el tradicional concurso de vuelo de cometas, en ello calificarían, la construcción y el vuelo, dado que el requisito principal era hacerlos de manera artesanal, nunca en mi vida había hecho uno, entonces tuve que buscar ayuda, gracias a Dios el tío Abel estaba de paso por el pueblo y recurrí a él,  - Tío por si acaso no sabes hacer cometas – le dije, mientras se reía jocosamente  y respondía – ¡Que¡ ¿nunca has hecho una?  Replicó mi tío, le comenté en seguida que debíamos construir uno para el concurso de fin de mes, entonces pidió los materiales – listo entonces, tráeme papel de cometa, goma y palitos – indicó apurado. Debo ser franco en aquel tiempo no contamos con mucha economía, menos en el pueblo había alguna tienda o librería donde poder comprarlos. Se dio cuenta  de las circunstancias y cambió los pedidos por otros. – Ya, que hay por acá entonces – dijo mientras miraba alrededor, él no tenía más de diecisiete años, pero ya sabía como hacer un cometa.

Mando buscar periódicos viejos, hicimos engrudo (harina con agua) serviría como goma y chaclas (restos de los cohetes que habíamos recogido de algunas festividades), que sería ideal por su poco peso. Iniciamos la construcción del cometa, cuerdas por acá, cuadres por allá, bastante engrudo para pegar los periódicos viejos y forrar el esqueleto del cometa y ya estaba, tenía una forma hexagonal, con el mayor cuerpo en la parte inferior.

El cometa estaba casi listo, pero faltaba lo más importante, la cuerda. Debíamos conseguir una cuerda fuerte, resistente y lo suficientemente larga como para que el cometa surque las nubes, así es que nos pusimos a buscar, sacamos las madejas de mamá, pero el tío Abel dijo que serían muy débiles y se rompería con los fuertes vientos y perderíamos el cometa. Hasta que vio un llanta partida por mitad que servía como bebedero de los animales – ahí esta la solución – dijo con voz segura, no entendía a que se refería, pero igual me alegre,  me envió por un cuchillo, apresure el paso y ya estaba de vuelta, tomó el cuchillo rasgó un poco y saco un cuerda de casi treinta centímetros, - es muy pequeña tío – le dije, - uniendo estas pequeñas cuerdas harás una tan grande como alto quieres que llegue tu cometa – me dijo. Saque tanto como pude y lo enrolle haciendo cientos de nudos. La cuerda era fuerte por que tenia lona y caucho que la hacia muy resistente, cada nudo que hacia emprendía toda mi fuerza para que quedará como una sola.

Mientras en un lado el tío Abel, calcula el centro entre la cuerda y el cometa para balancear y equilibrar cuando volase, yo sacaba tanta cuerda de la llanta como podía. Estaba casi listo el cometa, me sentía ansioso por verlo volar, ya estábamos a punto de salir cuando de pronto, - acá falta algo importante que nos habíamos olvidado – acentuó mi tío, que sería me preguntaba, - nos falta la cola – replico antes que pudiera decir algo, era verdad, nos faltaba la cola que serviría como contrapeso  y balance del cometa, así es que nos pusimos a buscar todas las bolsas viejas que pudimos encontrar, igual las atamos una tras otra y lo colocamos en la parte inferior,  y ya estaba por fin terminado.
Salimos presurosos a probarlo, sería el primer vuelo de mi cometa, fuimos a la parte baja del pueblo, pasamos la vía férrea donde no había cables de alta tensión que nos dificultara el vuelo, tome el cometa por la mitad, la sostuve en el aire mientras el tío Abel corría y soltaba de apoco la cuerda, y el cometa se comenzó a elevar y elevar. Lo vi atónito y extasiado con una sensación única de verlo cual una mascota aprendiendo a caminar, el tío Abel bajó el cometa, le hizo algunos ajustes y – listo ya esta, solo tráelo de regreso entero – sugirió. El tio Abel continuó con su viaje, yo debía ir al concurso.


 Eran las tres de la tarde, todos concurríamos a la hondonada detrás del pueblo junto al lago Chinchaycocha, mis compañeros llegaban con sus cometas de distintos tamaños , colores y modelos, unos parecían aves, otras, mariposas y otros hasta parecían robots, yo abrazaba al mio como cuidándolo que nada le pasara. El profesor Jorge estaba pasando lista y de paso con su nomina en la mano, revisaba y calificaba el modelo y tipo de construcción de los cometas, la mayoría de mis compañeros estaban con sus padres, hermanos o familiares, yo había concurrido solo, mamá trabajaba y papá… papá estaba en el cielo. Llegó el profesor  a mi ubicación, vio mi cometa, sonrió y – ¿tú crees que eso va a volar? Hmm… pero bueno te pondré un once por tu puntualidad – dijo.
No me importaba la nota, ni el modelo, ni el color. Había sentido una emoción tan grande en el momento de la prueba y solo esperaba  ponerlo en el aire una vez más. El profesor contó: en sus marcas, listos… ¡ha volarrrr! En ese momento suspiré, tomé el cometa con un brazo, desenrollé la cola, ajuste la cuerda que unía al cometa y corrí, corrí y corrí hasta que el cometa alzó vuelo, y jale con todas mis fuerzas para prensar la cuerda y el cometa comenzó a ascender. El viento era fuerte, la cuerda temblaba y se tensaba, hacia mucho esfuerzo por mantenerlo erguido, el viento me lo quería arranchar, no me iba a dejara ganar, ahora no decía entre mi si, mientras iba soltando la cuerda de a pocos hasta que el cometa estaba tan alto que ya casi no lo podía ver. Muy de rato en rato el cometa cabeceaba, la cola serpenteaba, solo tenía ojos para el, no me importaba lo que pasaba alrededor estaba concentrado en el vuelo de mi cometa, casi no lo podía sostener, así  es que tuve que buscar ayuda, vi una roca enorme y lo até allí para poder maniobrar la fuerza del viento. El panorama era muy bello, el pajonal silbaba con al fuerza del viento, la olas chasqueaban a lo lejos, el totoral se estrechaba al vaivén de la olas y el sol salpica fulgurante ante nuestros ojos.

El profesor se paseaba de lado en lado, verificando y calificando el vuelo más alto, me di cuenta cuando llegó a mi lado y se sentó junto a mi, me miró, miró mi cometa y tímidamente balbuceó – Que tonto soy – me hice al no escucharlo y replique - ¿Qué dijo profesor? - no nada, solo que… solo que tu cometa  esta volando muy alto, casi no logro verlo – señaló, creo que es el que va ganado, no pensé que volaría tanto alto cuando lo vi en la calificación inicial, me dijo.
Sin proponérmelo, obtuve una nota de 18, fue un puntaje que me llevo a ganar el concurso aquel, el profesor anunció que era el ganador y se quedo a mi lado aún incrédulo, mientras varios de mis compañeros se pusieron alrededor mio y ver volar mi cometa. Me premiaron con un manual de “Aprender a sembrar”, que aún lo tengo guardado. No me había dado cuenta del tiempo, el sol casi estaba por desaparecer, solicite ayuda a mi maestro para poder enrollar la cuerda que sostenía el cometa y poder enrollarlo, lo baje con mucho cuidado, debía llevarlo a casa sano y completo, era el compromiso que asumí con el tío Abel. Y así fue, llegue a casa muy feliz, como si habría dejado volar mi imaginación, envolví el cometa con periódicos viejos y lo guarde.

Pasado el tiempo, casi diez años, volvimos alguna vez a casa y entre los fierros, cajas y cosas viejas encontré aquel cometa que alguna vez me dio un día feliz, estaba allí en un rincón tirado lleno de agujeros, los ratones habían pasado por allí, se habían comido parte de el, seguramente por la harina que contenía el engrudo, sonreí como queriendo llorar, lo tome, lo limpie, lo abracé y suspiré recordando aquel ayer donde fuimos felices.

 Dedicado a mi tío Abel Yauri -  Junín 30/08/2012

viernes, 17 de agosto de 2012

DE CHAPAS, CHACOTAS Y AMISTAD


De los compañeros de estudios que un día tuve, 
Con muchos de ellos construimos una amistad,
Que al pasar de los años de ellos obtuve,
Ejemplos, experiencias y mucha tenacidad.

Allí estuvo David Baldor Berenson, profesor, 
 
Amigo con mucha experiencia, casi un tutor,
Que presuroso en su bici atravesaba buzones,
Y no le importaba de los perros mordiscones.

Siles (Lushi) Truquini, muy serio, cauto y casi ilustrador,
Era el cerebro del salón, aunque solo se le conoció un amor,
La tia lushi fue su tormento y David su fiel confidente,
Aprendimos mucho de él, y siempre lo tenemos presente. 
 


Huberth Punto com, no se despegaba de su yunta Ricardo Lau chun,
Juntos tuvieron acción, junto a Iraida Blanca Nieves en una ocasión,
Inmediatos terminaron la terciaria, gateando después de la sustentación,
Acabándose el vino de David, fenecieron tirados en el jardín.

Percy trucha pelangocho, consejero, buen amigo y jugador,
Siempre sacaba las chelas y contaba sus anécdotas entre “colegas”
Al pobre trucha lo pescaron, tirándole una atarraya se lo llevaron,
Ahora anda escapadito, mirando el reloj y solo un ratito.

Maritza Glub Glub y sus burbujas de amor, enamorada eterna de su Gilmer,
Le gustaba brindar de a luca y a Tania Katy en media hora la embriagó.
Ellas fueron las engreídas del aula, siempre cuidamos de su salud,
Y de salud en salud acababan, noches de estudio y de amistad.

Richard pato chino, con el cuento del chip se sacrificó,
Viajó rumbo a la oroya, ciudad a donde nunca llegó,
Junto a Henry Gonzalete, el instituto quisieron incendiar,
El traía el kerosene, y por no haber fuego no se pudo consumar.

Hugo Chapulin Colorao, fue tutor en la institución de varios,
Por no ponerse el buzo propio, recibió de palmetas de sus vasallos,
De la mano de él, trece concluimos la carrera,
La única meta era titularnos al terminar la barrera.

Más, no trascribo por respeto, por miedo y por honor,
Respeto, por que han pasado muchos años,
Miedo por que pudiera herir prejuicios de antaño,
Y honor, más de la cuenta no te hace señor.

Aquellas épocas fuimos muy felices, 
 
Llenos de aventuras, estudios y amor,
El salón tenía muchos matices,
Desde, paciencia, experiencia hasta horror.

DEDICADO A MIS COLEGAS DE ESTUDIOS DEL SILIST 1996-1999 ESPECIALIDAD DE COMPUTACIÓN E INFORMÁTICA.

domingo, 5 de agosto de 2012

Amigos del Alma


Hace más de quinces años que los conocí,
En aquel instituto donde estudié,
Alguna tarde de un mes de abril,
Empezó una historia que no tiene fin.

En las aulas Silistinas los halle,
Sentados en carpetas muy febril
Con ganas de ser alguien en la vida,
Y batallar el día a día con un fin.

Estaban Tito y Victor muy orondos
Basquetbolistas muy buenos de por si
Venían del colegio vecino,
Colegio en el cual yo no estudié.

Wilder fue el mas bajo de la mancha,
Muy tranquilo y dedicado a la vez.
Futbolista y muy buen amigo,
Con una familia sin revés.

Henry era el cura de la mancha,
Siempre daba mucho que pensar,
A veces con el pelo largo
Lo veíamos alegre caminar.

Hider fue el más noble en sus andanzas,
Hasta que un amor lo renegó,
Bailando pacaicito fue un desastre,
Es amigo noble y fiel hasta el final.

Miguel fue el cara de niño bueno,
Eso ni el se lo creyó,
Fue el primero en tener su pollo,
Y por el mucho avanzó.

Grover fue el pilas de la mancha,
Nunca le podías ganar,
Tenía respuesta para todo,
Aún asi subió al altar.

Ellos fueron mis amigos y por siempre lo serán,
Traspasamos las fronteras de amistad,
Y convertidos en hermanos terminamos,
Noches bohemias y en hermandad.

Gracias por haberlos conocido,
Que Dios bendiga su hogar.
Siempre estaremos unidos
Aunque la distancia nos haga alejar.

Dedicado a mis amigos/hermanos en mi hermosa tierra Junín.
Richard Malpartida Yauri / 05-08-2012


Esposa Mia

En los sombríos caminos de la vida.
Te encontré tesoro mio.
Solo con tu bella mirada
Irradiaste aquel vacio.

Entre campos, estudios y el frio,
Nació entre nosotros el cariño,
Llenamos nuestro cofre día a día,
Con amor, ternura y alegría.

Esparcimos en nosotros la confianza,
Y juntos cantamos la alabanza,
Vestidos de morado un octubre
Unimos nuestras vidas muy solubles.

Con Cristo moreno de testigo,
Acudimos de la mano al altar,
Con paso firme y convencidos,
De morado y blanco sin faltar.

Nuestros padres orgullosos se mostraban,
Al llevarnos de la mano al altar,
Para jurarnos amor eterno,
Sellándolo con un beso al final.

Días y años han pasado,
Desde aquel abril en que te conocí,
Ahora vamos juntos por la vida,
Con un retoño por venir.

Su llegada ha de ser el más hermoso,
Con él la familia concluirá,
El primer ciclo de descendencia.
El cual nos unirá mucho más.

Aún nos viene días mejores,
De alegrías, buenas nuevas y verdad,
Que no te faltará mi amor sincero
Es mi compromiso con sinceridad.

jueves, 2 de agosto de 2012

VIENTOS DE AGOSTO

Los ponchos flameaban,
los ichus silbaban,
la batalla se acercaba y,
la sangre se calentaba.

El viento chicoteaba las caras,
pero las ganas de ganar la batalla,
saciaban la sed de venganza,
de odio... de Libertad.

Los bravos montoneros yacían en sus trincheras,
masticando su coca, dándose valor,
los valientes patriotas alertaban la presencia del enemigo,
 el campo estaba libre para consumarse la batalla.

Sables iban y sables venían,
el enemigo caía,
 nuestros defensores luchaban,
era nuestra libertad la que estaba en juego.




Los vientos de agosto fueron testigos,
de aquella epopeya que marcó nuestro vidas.
Terruño querido manchado de sangre
dejado en las pampas entre espadas y sables.

Como cada otoño, los vientos de Agosto,
traen nostalgia, tristeza y orgullo,
los vientos que hoy, separan la pita,
vuelan las cometas y anuncian heladas.

Vientos de mi tierra que marcan los rostros,
de niños pastores y hombres valiosos,
queman el alma de tanto golpear,
matan la hierba de tanto helar.

Hay vientos del este, hay vientos del oeste,
vientos del norte y vientos del sur,
más los vientos de agosto se sienten en el alma,
como sables en guerra y gritos  de dolor.

Los vientos convergen en las gélidas pampas
llenas de gloria a todo furor, 
reviven los tambores, reviven pasión,
marchamos unidos, demostrando amor.

Golpeando las bases del monumento
en la pampa los vientos están,
mudo vigía de Chacamarca,
no le importa si vienen o van.

Muchas veces desfilamos patriotas,
altivos, orgullosos y en libertad,
siendo juninos de sangre guerrera,
con Dios y la patria en hermandad.


FELICES FIESTAS AGOSTINAS.
Richard Malpartida Yauri/01/08/2012

sábado, 9 de junio de 2012

Lucho Rayo



Alguna vez oímos contar a los abuelos sobre todo, de la existencia de este personaje, allá por las alturas de la meseta del Bombón. Aquel personaje que rondaba por estos parajes, con la única intensión de apropiarse de ganado ajeno. Nadie sabe de donde fue, ni quien realmente fue, nunca se contó de donde es, ni si tiene familia o no. Solo se supo de las aventuras, encuentros, experiencias y sus travesías por la sierra central.
Tenía aproximadamente 8 a 10 años cuando oí por vez primera de este personaje, en una tarde muy bella cuando el sol se ocultaba, y resplandecía el reflejo del ocaso en el lago Chinchaycocha. El abuelo (Don Román), había tomado su huallqui y su puro con ishco, sentado al lado de la puerta de la choza como todas las tardes, luego de haber cerrado a los animales en sus corrales, observaba el atardecer masticando su coca. Aquellas tardes solía contar sus experiencias vividas, algunos cuentos y aventuras. Hoy tocaba contar de Lucho Rayo, este famoso pillo, con quien había tenido algunas rencillas en sus épocas buenas.
Atento a lo que decía había tomado un cojín, un poncho viejo, cubierto del frio me senté a su lado y oí. El abuelo miró al horizonte y como transportándose a aquellos tiempos, tomó un suspiro y exclamó ¿Que habrá sido de la vida de Lucho Rayo?, a lo que pregunte, ¿y quien fue él abuelo? El respondió: fue un tiempo cuando solíamos cuidar animales de la cooperativa donde trabajaba como caporal (jefe de pastores), un tiempo cuando teníamos que cuidar los animales (vacas y carneros) solo del atoc (zorro), que entraba a los dormideros y se llevaba a los corderitos, becerros recién nacidos, gallinas y conejos. Pero en este tiempo había empezado a perderse los animales grandes, empezando desde algunos caballos, burros, vacas y carneros. Nadie sabía ni encontrado ningún indicio sobre las pérdidas. Fue cuando decidimos reunirnos con los pastores y vecinos para hacerle un seguimiento, un rastreo y averiguar sobre los animales perdidos, pues no solo eran de la cooperativa, sino de los vecinos que habitaban en el lugar.
Cada pausa que hacia el abuelo me intrigaba y quería saber más. El anochecer estaba enmarcando toda la meseta y no se veía muy bien, si no el reflejo rojizo del sol en el cielo, con si fueron los últimos suspiros del adiós del astro rey. Cuando reiniciaba el relato; sin dejar de masticar su coca y continuó; una vez cuando estábamos de compras para la semana, en la feria de Junín, nos encontramos con paisanos que vivían al frente del lago, allá por Ondores, San Blas, Sasicucho, y en la conversación comentaban que también a ellos se les estaba perdiendo sus animales hacia un buen tiempo. Pero que ya estaban tras los pasos de quienes serían los culpables. Tayta Tomas, decía que es un tal Lucho Rayo, que anda de día y de noche como Pedro en su casa, como si fueran sus tierras.
Ese tal Pedro anda en su caballo, a paso lento por los caminos si miedo a nada, como si estuviera inspeccionando su territorio. En su alforja lleva todo, desde cucharas, platos, ollas hasta frazadas para que duerma. No importa donde cae la noche dicen que se duerme en cualquier lugar. Eran los comentarios que hacia la gente; entonces ya con algo información subimos a las alturas con las compras hechas y pensando en las estrategias para cuidar los animales, sobre todo de noche. Entonces ya se rumoraba de el que andaba de cantina en cantina, que también hacia sus compras  los martes y que parecía que andaba solo. Yo no creía hijo me dijo el abuelo. Como va a andar solo, si es ratero andará con sus compinches, decía el mientras tomaba su puro y sacaba con un palito bien elaborado el ishco y se llevaba a lo boca para matizar el sabor de su coca. Una vez decía, después de varios meses como todos los martes habíamos ido a la ciudad de Junín, a hacer las compras semanales, pues la feria siempre se realiza aquel día, era un día donde casi siempre nos encontrábamos con amigos, paisanos y familiares y muchas veces solíamos quedarnos en alguna cantina a tomar media con media; pregunte al instante ¿Qué es media con media abuelo? Es caña mezclada con gaseosa, o también tomábamos el remojadito que era una damajuana (botella grande) donde se remojaba una culebra con caña acentuó el abuelo. A veces en aquellas cantinas conocíamos nuevos amigos, algunos vendedores de la feria que se quedaban. Entonces, aquella vez ingresé a tomar un copón en la tienda de la tía palita, dejando mi caballo afuera, cuando en eso ingresó un desconocido vestía casi como del lugar con su poncho, sombrero y todo, pidió también su copón y se sentó metros más allá. Ahí nomás llegaron algunos paisanos y vendedores que acostumbraban a tomarse unos traguitos dice que por el frio. Tragos iban y tragos venían, el desconocido conversaba y tomaba con otras personas también, muy de rato en rato salía a echar de menos a su caballo y estaba pendiente siempre de la puerta.
Había pasado un buen rato, la noche casi estaba llegando,  los tragos pesaban ya y la cabeza no estaba en su lugar, cuando uno de los paisanos me presentó al desconocido este cuando nos saludamos me dijo: mucho gusto paisa Lucho Rayo para servirle. En aquel momento quede helado, a la vez eufórico, nadie hacia nada por retenerlo a pesar que muchos sabían quien era él. Entonces recuerdo que le empecé a increparle si temor a nada pues estaba picado (ebrio), cuando fresco de huesos me dijo, pero yo solo me presto unos cuantos y de los que tienen bastante animales, a ellos no les hace falta, no terminó de hablar cuando me le fui encima, con toda mi furia lo golpee con todo los ajos y cebollas, recordándole a su madre, dejándolo casi inconsciente y yo sobre el agotado de la golpiza que le propine. Habíamos hecho tanto alboroto que en tan solo segundos aparecieron los guardias. Nos llevaron al calabozo. Amanecimos ahí los dos encerrados pues hijo, acotó el abuelo. Desperté con la resaca y adolorido por los golpes que nos habíamos dado y que los guardias también nos habían propinado. Estábamos frente a frente cuando llegó tu abuela y tus tíos a sacarme, me habían traído caldito verde para reponerme y frazada por si me quedaba en el calabozo. Habiendo hecho todos los trámites respectivos y presentando la denuncia contra el supuesto ladrón me disponía a salir. Cuando Lucho Rayo me llamó y me dijo, Román carajo, ni más chuparé con gente de acá, pero voy a salir y ¡Cuando salga comeré caldo de cabeza con tu calavera! Es lo último que le escucho decir  y fue una de las pocas veces que lo vi en toda mi vida, nunca cumplió su amenaza. Salió al poco tiempo gracias a una coima a los guardias, contaba la gente. También dejó de robar por el lugar donde vivíamos por un tiempo. A pesar de haber sido un ladrón muy suelto de huesos, tuvo mucha gente que también lo quería y se recuerda aun de él. Nunca supe a donde se fue, ni si tuvo esposa, hijos, ni por último cuando murió. Así es la vida pues hijo eso me pasó cuando aún tu papá era muy joven recalcó. Solo me acuerdo de aquella frase que se quedó en mi cabeza: Román gritó: ¡Cuando salga comeré caldo de cabeza con tu calavera! Me dijo. Y se rió mirando al cielo, nuevamente suspiró y me dijo es hora de descansar, mañana hay que levantarse temprano, ya salieron las estrellas también. A lo lejos se oía a los perros ladrar cuidando su rebaño, ya era su turno de cuidar.

lunes, 14 de mayo de 2012

Mis Tres Madres


El día de la madre, muchos nos ponemos nostálgicos, más aún cuando te encuentras lejos de ellas. Todos tenemos historias diferentes, vidas muy marcadas  hasta a veces muy cargadas de tristezas, alegrías y momentos felices.
Mi adorada madre, Carolina Yauri Campos, fue la artífice para que pudiera estar aquí en este amargo, convulsionado pero en fin bello mundo. Una mujer luchadora, muy sensible y amorosa, a quien siempre he de querer más que a la vida misma. Es cierto que somos como las aves y que buscamos nuestros propios nidos, pero también es cierto que en nosotros existe el pensamiento, la inteligencia y algo mucho más importante “El Amor”. Ese cariño inmenso que se tiene no solo a la persona que compartes tu vida, si no ese amor genuino, puro y real entre padres e hijos. Hoy que se acerca ese día tan importante, todos elevamos oraciones, llevamos regalos, hacemos fiestas y muchas cosas más. Es innegable la alegría que se siente de tenerla y de sacarla algunas sonrisas de felicidad que le hacen a uno aún más feliz.
Desde aquí quiero enviar un efusivo y afectuoso saludo a las personas que hicieron de mí lo que soy ahora. Un hombre de bien y feliz.
En principio a mi madre, Carolina Yauri Campos, quien me trajo al mundo, quien se esforzó muchísimo por salir adelante y criarme inculcándome siempre los valores de compartir, ser honesto y fuerte ante cualquier adversidad ante la partida de papá quién al más allá cuando recién despertaba a la vida, cuando aún no daba los primeros pasos. Por es mamá se hizo cargo de mi, me dio lo mejor de su vida, pude entender a tan corta edad, el amor y el sacrificio que me entregó cuando niño. Junto a ella mi querida abuelita Teodosia Campos Cóndor quien me supo cobijar junto a mamá en los momentos que empezaba a comprender cuan importante hubiera sido tener un padre al lado. Gracias por ello mamita que estuviste conmigo junto a mamá en aquellos momentos.

Al iniciar mi vida adolescente, tenía en la cabeza muchos sueños y metas que gracias a otras de mis lindas madres me supo cuidar, apoyar y darme cobijo; aún siendo madre soltera, compartió conmigo lo mejor de su protección y comprensión para conmigo. Tia Vilma, Gracias por haber estado ahí conmigo siempre. Por ser una de mis Madres, por entender mis locuras de adolescente, travesuras y muchas trasnochadas. QUE DIOS SIEMPRE LAS BENDIGA, Carolina, Teodosia y Vilma. Los quiero mucho. Se que no estaré junto a ustedes, el deber del trabajo me llama. Pero en mi corazón y en mi mente siempre estarán conmigo. FELIZ DÍA DE LA MADRE ABNEGADA, LUCHADORA Y AMOROSA. Eso siempre son y serán para mí.

domingo, 22 de enero de 2012

Y… ¿QUIENES FUERON LOS “HIJOS PREDILECTOS DE JUNÍN”?


Desde muy niño cuando asistía a la escuela, oía y me preguntaba hasta muy adolescente, sobre lo que solían contar, rememorar, recordar en fechas festivas; como el aniversario de Ascenso a Provincia de Junín, en los aniversarios de la Batalla de Junín y otros lugares; ¿Quienes eran los hijos Predilectos de Junín? ¿Quiénes serían aquellas personas?
“Hijos Predilectos”, esta frase había oído, muchas veces, pero también suponía que debían ser personas especiales, con algún cargo político. Personas muy importantes.
Nuestra heroica ciudad de Junín por historia siempre fue resaltada, admirada y venerada en muchas partes del mundo, no solo por la batalla sino por lo que sus hijos y gente muy entusiasta hicieron por este pueblo. Es así que marcaron un hito muy importante para su historia tres personajes que trabajaron arduamente para conseguir muchos objetivos, y estos beneficiaron a sus habitantes.
El Ing. Ricardo A. Mora Chávez, Ernesto Figueroa Serna y Humberto Yauri Martínez pero, ¿quienes fueron?  ¿Que hicieron para ser renombrados hasta la actualidad como tal? Veamos algo de historia sobre ellos.
Ing. Agrónomo Ricardo A. Mora Chávez (1910-1983)
Nació en 3 de Abril en el Distrito de Ulcumayo,  hijo de  Don Rómulo Mora y Olivares de ascendencia italiana y de la Ulcumaina Rosa Chávez y Gómez, su afición por la Agricultura como es natural en la zona de Ulcumayo le llevó a definir su vocación concluyendo su profesión cono Ingeniero Agrónomo, llegó a ser administrador de las empresas Laive y Punto de la Sociedad Ganadera del Perú, colaboró en los ensayos sobre inseminación artificial en ganado ovino. En 1939 se instaló en la hacienda Rucoscocha, terreno de su propiedad, donde desarrollo ampliamente sus conocimientos adquiridos en la ganadería.
En 1943 fue designado vocal para participar en el comité de Central de Progreso Junín, para la Creación de la Provincia de Junín. En 1945 fue elegido diputado por la Provincia, ya como parlamentario apoyó decididamente a la creación de varias escuelas primarias en los cuatro distritos de la Provincia, en 1947 incidió para la creación del Colegio Agropecuario Nº 15 de Ulcumayo, que fue trasladado en 1949 a Canta. Realizo múltiples gestiones en beneficio de la provincia, como maquinarias para apertura de carreteras, escuelas, colegios y otros. Presidio la organización de las ferias ganaderas por el aniversario  de la batalla de Junín; fue diputado en dos oportunidades por la Provincia de Junín como en el Gobierno de Odría.
Se retiró de la vida pública y se dedicó de lleno a la ganadería, falleció en 1983 por enfermedades propias de la vejez y dejando un ejemplo de aporte y de vida para nuestra región.
Ernesto Figueroa Serna (1892 - 1975)
Nació el 9 de Abril en la hermana Región de Cerro de Pasco, sus padres fueron, Ernesto Figueroa Valcárcel Coronel del Ejercito Peruano y Doña Corina Serna Gálvez. Terminado sus estudio se afincó en la provincia de Junín casándose con Doña Alejandrina Osorio Álvarez tuvo cuatro hijos todos fallecidos, en segundas nupcias estuvo casado con Doña Hortensia Camacho Osorio donde tuvo cinco hijos. Fue destacado comerciante y condujo una tienda llamado “El Gallito”, muy conocida en la región central. Fue ganadero y un hombre de prestigio público.
En 1924 fue regidor del Municipio Distrital de la “Heroica Villa de Junín”, contribuyó en las celebraciones del centenario de la Batalla de Junín como Gobernador. El 24 de octubre de 1943 fue elegido Miembro del Comité Central de Progreso Junín, participando activamente como vocal para la creación de la Provincia de Junín además de ser Alcalde Distrital (1943-1944).  Hasta la promulgación de la ley Nº 10031 del 27 de noviembre de 1944. Fue el último Alcalde Distrital y el primer Alcalde Provincial juramentando el 1 de enero de 1945. Durante su encargatura como Alcalde Provincial realizo muchas obras y gestiones como: remodelación de Camal Municipal, Mejoro el servicio de agua potable, instaló el mercado modelo, entre otros.
Falleció el 24 de febrero de 1975, fue enterrado en el cementerio “El Ángel” de Lima. Por su dedicación y aporte al desarrollo de la Provincia fue distinguido como “Hijo Predilecto de la Provincia de Junín”
Humberto Yauri Martínez (1907-1981)
Nació el 08 de enero, sus padres fueron Don José Manuel Yauri y Doña  Paulina Martínez, se educo en Tarma y Lima ejerciendo desde muy joven la docencia en el nivel primario en varias escuelas de la región. Participó muy activo en el Comité Central de Progreso Junín como Secretario. Fue escritor, poeta, y destacado colaborador en diarios del Centro de la Región, fue autor de muchos poemas significativos y dedicados a la provincia de Junín, compuso los himnos de la Escuela 1520 (Hoy Integrado Simón Bolívar) y del Colegio 6 de Agosto. Desempeñó el cargo de sub-prefecto de la Provincia de Junín en dos ocasiones, (1945-1947) y (1953-1956), asimismo fue sub-prefecto de la Provincia de Concepción (1956-1957); llegó a desempeñar la Dirección de la Casa de la Cultura – Filial Junín. El 12 de noviembre de 1947 fue nombrado Notario Público de la ciudad de Junín, ejerciendo el mismo hasta su muerte el 24 de enero de 1991. Fue enterrado en el cementerio “El Ángel” de Lima donde descansan sus restos hasta la actualidad. Del mismo modo fue distinguido como “Hijo Predilecto de la Provincia de Junín”.