El día de la madre, muchos nos
ponemos nostálgicos, más aún cuando te encuentras lejos de ellas. Todos tenemos
historias diferentes, vidas muy marcadas
hasta a veces muy cargadas de tristezas, alegrías y momentos felices.
Mi adorada madre, Carolina Yauri
Campos, fue la artífice para que pudiera estar aquí en este amargo,
convulsionado pero en fin bello mundo. Una mujer luchadora, muy sensible y
amorosa, a quien siempre he de querer más que a la vida misma. Es cierto que
somos como las aves y que buscamos nuestros propios nidos, pero también es
cierto que en nosotros existe el pensamiento, la inteligencia y algo mucho más
importante “El Amor”. Ese cariño inmenso que se tiene no solo a la persona que
compartes tu vida, si no ese amor genuino, puro y real entre padres e hijos.
Hoy que se acerca ese día tan importante, todos elevamos oraciones, llevamos
regalos, hacemos fiestas y muchas cosas más. Es innegable la alegría que se
siente de tenerla y de sacarla algunas sonrisas de felicidad que le hacen a uno
aún más feliz.
Desde aquí quiero enviar un
efusivo y afectuoso saludo a las personas que hicieron de mí lo que soy ahora.
Un hombre de bien y feliz.
En principio a mi madre, Carolina
Yauri Campos, quien me trajo al mundo, quien se esforzó muchísimo por salir
adelante y criarme inculcándome siempre los valores de compartir, ser honesto y
fuerte ante cualquier adversidad ante la partida de papá quién al más allá
cuando recién despertaba a la vida, cuando aún no daba los primeros pasos. Por
es mamá se hizo cargo de mi, me dio lo mejor de su vida, pude entender a tan
corta edad, el amor y el sacrificio que me entregó cuando niño. Junto a ella mi
querida abuelita Teodosia Campos Cóndor quien me supo cobijar junto a mamá en
los momentos que empezaba a comprender cuan importante hubiera sido tener un
padre al lado. Gracias por ello mamita que estuviste conmigo junto a mamá en
aquellos momentos.
Al iniciar mi vida adolescente, tenía en la cabeza muchos sueños y metas que gracias a otras de mis lindas madres me supo cuidar, apoyar y darme cobijo; aún siendo madre soltera, compartió conmigo lo mejor de su protección y comprensión para conmigo. Tia Vilma, Gracias por haber estado ahí conmigo siempre. Por ser una de mis Madres, por entender mis locuras de adolescente, travesuras y muchas trasnochadas. QUE DIOS SIEMPRE LAS BENDIGA, Carolina, Teodosia y Vilma. Los quiero mucho. Se que no estaré junto a ustedes, el deber del trabajo me llama. Pero en mi corazón y en mi mente siempre estarán conmigo. FELIZ DÍA DE LA MADRE ABNEGADA, LUCHADORA Y AMOROSA. Eso siempre son y serán para mí.
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