¡QUE FUE DE LA CALISTRADA ANDINA?

Hacen muchos años que contaban mis padres; que la calistrada en nuestra ciudad de Junín era una fiesta de “carnaval” que se festejaba con danzas, cantos, jolgorio y mucha alegría; participaba muchísima gente, arribaban los hermanos del campo, visitantes y la gente de la propia ciudad, llenaban las calles de pica pica, harina, globos y agua, se confundían en un entre todos jugando hasta la saciedad viviendo la fiesta del agua, de la lluvia del invierno en nuestra querida sierra andina. Era parte de las celebraciones de la herranza que cada febrero o marzo de cada año, los hermanos del campos festejan a sus animales, desde los carneritos, las vaquitas, la llamitas y otros; era un día en que todos los habitantes que tenia y no tenían animales salían a las calles a jugar. Sin maltratos, sin brutalidades; aun cuando se utilizaban las ortigas: el “pumaisanca”, “matamula” - hasta con las heces de los animales- sobre todo de las reses.

Se olvido con el tiempo, sobre todo por el descuido de las autoridades, muchos de ellos dejan morir nuestras costumbres y tradiciones sin revalorarlos. Por los años 2004, 2005, uno de los alcaldes que retomo esta costumbre perdida en el tiempo fue el Sr. Enrique Canorio, que volvió a reiniciar con esta costumbre de antaño “La Calistrada Junina”, pero como es conocido hoy en día cada gobierno que ingresa al palacio municipal trata de poner su firma, su propia identificación, perdiéndose, más aun confundiéndose hasta con el propio nombre; hace cuatro años atrás, desde el 2007, la autoridad edil de ese entonces creyó por conveniente denominarla “La Herranza Andina”, tratando de dejar su marca, durante su cargo de alcalde lo organizó titulándolo así. Pero, ¿acaso vende este nuevo titulo en los alrededores de nuestra provincia? ¿Es autentico? En una visita de hace 5 años atrás me sorprendió ver en la hermana región de Pasco, Distrito de Rancas, Anexo y/o Centro Poblado de Yurajhuanca, tres días de este singular festejo denominado “Herranza Andina”, que lo cultivan por muchos años; lo que me llamo poderosamente la atención fue la participación activa de sus autoridades, encabezados por su Alcalde, sus “Ex -Alcaldes” (como cuatro anteriores unidos por esa costumbre ancestral sin colores políticos), los presidentes de las comunidades, los hermanos del campo y mucha gente visitante. Ellos no perdieron su costumbre o tradición, al contrario, lo fortalecen día con día.

Mientras nosotros en nuestra provincia, seguiremos dejando que titulen y retitulen esta costumbre andina, no manchemos nuestra cultura por pocos días de vida política, fortalezcamos nuestros valores, raíces y costumbres.

Que esta fiesta de la herranza que viene nunca muera, que la calistrada vuelva y se pratique mejor que antes, para eso tenemos ancestros que aun preservan esas costumbres y conocen con mayor veracidad, aprovechémoslos mientras aun nos acompañan, recuperemos nuestra identidad junina.